Ingredientes
Elaboración
Pon el agua, la ralladura de limón y el azúcar en una olla al fuego, cuece a fuego medio hasta conseguir un almíbar, debes retirarlo antes de que tome color. En un recipiente vierte las yemas, bátelas ligeramente y pásalas por un colador.
Vierte el almíbar muy lentamente sobre las yemas a la vez que bates con un globo, una vez bien mezclado, pasa el preparado a una olla y cuece a fuego lento sin dejar de batir hasta que las yemas se sequen y se despeguen de las paredes.
Deja enfriar la yema cocida, puedes dejarla reposar unas horas e incluso hacer las bolas al día siguiente. El procedimiento será bien sencillo, pon azúcar glas en un plato y haz porciones de la masa de yemas que pasarás directamente al plato con el azúcar, rebózalas previamente para que no se peguen a las manos y forma las bolas, vuelve a pasar las yemas por el azúcar y ponlas en cápsulas de papel (como las trufas).
Ya tienes listas las Yemas de Ávila, guárdalas en el refrigerador hasta el momento de servirlas y recuerda no poner unas encima de otras, pues son muy delicadas y se deformarían. ¡Que las disfrutes!