Ingredientes 2 personas:
2 huevos.
2 rebanadas de pan de molde.
2 rebanadas de queso para fundir.
Especias al gusto.
Aceite de oliva.
Sal.
Elaboración:
El único secreto de esta receta es batir bien las claras de los huevos, a conciencia, hasta conseguir un merengue con suficiente firmeza o esponjosidad como para darle forma al nido. Los huevos tienen que estar a temperatura ambiente. Para separar las claras de las yemas, casca con las manos el huevo en dos partes iguales sobre un recipiente y haz saltar la yema de una mitad de la cáscara a la otra mientras la clara se va escurriendo. A la clara puedes añadirle cosas: hierbas aromáticas, como tomillo, virutas de embutido y parmesano, semillas, cebollino picado... vigilando que no se baje el merengue (hazlo cuando ya esté montada y siempre con movimientos envolventes). Sale igualmente rico sin nada y es recomendable hacerlo así la primera vez para pillarle el truco.
1. Monta las claras:
Separa las yemas de las claras y resérvalas. En un bol, bate las claras hasta conseguir una primera consistencia firme. Solo cuando empiece a montarse añade un poco de sal y pimienta. Sigue batiendo. Sobre papel de cocina, en la fuente del horno, ve creando con una cuchara los nidos de las claras batidas (recuerda poner una gotita de aceite sobre el papel para que no se agarren). Dales forma de nube y haz un hueco en el centro para introducir las yemas que habías reservado. Los huevos deben estar separados unos de otros.